En las universidades argentinas, hay unas 12 autoridades que ocupan sus cargos desde hace más de 10 años
Raquel San Martín
LA NACION
Por resultar ganadores en sucesivas reelecciones, porque son fundadores o dueños de las universidades que presiden, o porque sus períodos se extienden por seis años y se repiten, en el país, varios rectores prolongan su permanencia en el cargo.
En las universidades argentinas, hay por lo menos 12 rectores -cinco, en universidades estatales, y siete, en privadas- que han superado los diez años de ejercicio de esa función. En todos los casos, su situación es perfectamente legal, pero no aceptada como positiva de manera unánime.
Mientras de un lado se señala la ventaja que da la continuidad de una autoridad cuando una universidad se está consolidando, otros llaman la atención sobre el peligro de parálisis y fricciones internas que genera un rector de larga duración.
El caso de la Universidad de Buenos Aires (UBA) suele citarse como paradigmático: tras los 16 años del rectorado de Oscar Shuberoff, en 2002 con dificultades se optó por su contracara, Guillermo Jaim Etcheverry. "Fue un académico sin liderazgo político y eso desembocó en la crisis que dejó a la UBA sin rector por un año, en 2006", analizó un experto en educación superior.
En las universidades privadas -donde los rectores suelen ser elegidos por los consejos que administran las instituciones de las que dependen-, se dan los casos de mayor duración, con rectores a veces rodeados por funcionarios con sus mismos apellidos.
El rector de la Universidad de Belgrano (UB), Avelino Porto, lleva 45 años al frente de la institución, desde su fundación, en 1964. En la Universidad del Salvador, Juan Tobías cuenta con 24 años como rector, la misma cantidad que Jorge Bosch en la Universidad Caece, donde es miembro de la familia fundadora. Diecinueve años lleva Ricardo Popovsky al frente de la Universidad de Palermo (UP), desde su fundación, como Eduardo de Vincenzi en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), en la que es rector desde hace 16 años. El economista Carlos Rodríguez es rector de la Universidad del Cema desde 1993 y Roberto Kertesz conduce la Universidad de Flores, que creó, desde 1995.
En las universidades estatales -donde la elección se da en la asamblea de decanos, profesores, graduados y estudiantes-, la mayoría de los casos de más larga duración corresponden a rectores que iniciaron las instituciones y que pueden ser reelegidos más de una vez.
Son los casos de Enrique Tello Roldán en La Rioja, donde es rector desde 1992; de Ana Jaramillo, en Lanús (desde 1997, en su segundo período de seis años); Aníbal Jozami, en Tres de Febrero (desde 1998, en su tercer período, que finaliza en 2010), y de Daniel Martínez, en La Matanza (segundo período desde 1998). Y Héctor Brotto, en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), en el cargo desde 1993 y con antecedentes de conflictos en épocas electorales.
"El perfil de un rector es complejo: tiene que tener capacidad política, liderazgo académico, conocimientos de gestión. Nadie tiene todo eso a la vez. Si hay distintos momentos de la universidad que demandan distintos rasgos en los rectores, sería bueno que la institución fuera conducida por personalidades distintas", analizó Carlos Marquís, investigador del Conicet y miembro del Observatorio de Educación Superior de la Universidad Nacional de San Martín.
Por un proyectoLos rectores argumentan la extensión en la necesidad de sostener un proyecto institucional y en la decisión de los cuerpos colegiados.
"El Consejo de la Fundación recibe cada cuatro años propuestas de renovación. Nunca hubo otras candidaturas. La UB enfrentó períodos delicados y los 20 años de la construcción de la Torre Universitaria. No han querido cambiar el caballo en medio del río. Hay una continuidad de las políticas y un aprendizaje de quienes estamos al frente de la universidad", dijo Porto a LA NACION.
Para De Vincenzi, rector de la UAI, su continuidad está respaldada por el Consejo Superior. "Son más de 100 personas quienes conducen la universidad. Los votos son de ellos. Lo que funciona es la democracia", dijo.
Para Ana Jaramillo, rectora de Lanús, "crear una universidad lleva tiempo. Hubo que fundarla, conseguir un terreno, levantar edificios, armar un proyecto institucional, instituir un equipo de funcionarios", comentó. La universidad pasó de 400 alumnos en su primer año a los actuales 15.000. La rectora tiene posibilidad de un nuevo mandato. "Es bueno formar seguidores, pero es difícil cuando hay una cultura institucional instalada", dijo.
El rector de La Rioja, que también ha enfrentado denuncias por sus cinco reelecciones, se manifestó casi obligado a seguir en el cargo. "La asamblea universitaria por unanimidad me impuso seguir siendo el rector. Hay un proyecto estratégico consolidado que implicó un crecimiento", afirmó. "Propuse poner un límite a las reelecciones, pero fue rechazado en 2004 y en 2008", dijo.
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